La guerra contra el Partido Comunista de Italia (PCI)
Documentos recientemente desclasificados exponen la campaña de trucos sucios que llevo a cabo el Ministerio de Asuntos Exteriores británico con ayuda de los servicios de inteligencia para "socavar la credibilidad" del Partido Comunista Italiano e influir en las elecciones de 1976.
El
Departamento de Investigación de la Información (IRD), considerado como el
brazo propagandístico encubierto del Ministerio de Exteriores británico durante
la Guerra Fría, tenía como objetivo a Enrico Berlinguer, líder del Partido
Comunista Italiano (PCI), ya que una posible victoria de los comunistas en las
urnas se consideraba perjudicial para los intereses británicos.
El
IRD, que colaboraba estrechamente con los servicios del MI6 (el Servicio de
Inteligencia Secreto británico), era el encargado de gestionar a través de la
Unidad Editorial Especial (SEU) la propaganda contra los comunistas en todo el
mundo.
“¿Confiarías
en este hombre?”
El 7 de junio de 1976, el
programa estrella de la BBC, 'Panorama', informó sobre las próximas elecciones
generales en Italia. Dos semanas antes de los comicios, el PCI, considerado el
mayor partido comunista de Europa occidental, se encontraba "en el umbral
del poder".
Los
archivos desclasificados, vistos por The
Guardian, revelan que funcionarios de la Embajada británica en Roma
entregaron al corresponsal de la BBC Richard Lindley, que había conseguido una
entrevista con Berlinguer, un memorando del IRD sobre el PCI. El documento
aportaba citas que debían servir para poner en aprietos al secretario del
partido, y además se instruía al presentador para que confrontara a Berlinguer
con "una serie de preguntas embarazosas", según informó Heulyn
Dunlop, funcionario del SEU desplazado a Roma para la operación.
Al
presentar la entrevista televisiva con Berlinguer, el presentador de la BBC
David Dimbleby se situó delante de una foto de líder comunista con el título
"¿Confiarías en este hombre?". Destacando las consecuencias de una
victoria del PCI, y alertando a los espectadores de que, si Italia votaba al
Partido Comunista, "las ondas se extenderían mucho más allá de la propia
Italia".
Durante
la entrevista, mientras Berlinguer se sentaba con cigarrillos y una bebida a
mano, Lindley le interrogó sobre la actitud de su partido respecto a la
represión política en la Unión Soviética y su compromiso con la OTAN, y le
preguntó: "Si volviera la Guerra Fría... ¿dónde estarían sus
lealtades?". Lindley también presionó a Berlinguer sobre la fuerza de la
independencia declarada del PCI respecto al partido comunista soviético,
citando la referencia de un anterior líder del PCI que promulgaba un
"vínculo de acero" entre los dos partidos. "Nuestra
independencia es simplemente un hecho", respondió Berlinguer.
Según el entonces
director del IRD, Ray Whitney, el documento informativo no atribuible era
"una cantera de información básica sobre el partido para el uso de
contactos de confianza". A los periodistas se les decía que había sido
elaborado para los diplomáticos, "pero se nos permite mostrarlo a título
personal a personas que puedan encontrarlo útil". Asimismo, se reportó que
el mismo informe fue entregado a los corresponsales extranjeros que trabajaban
para Financial Times y The Washington Post.
La
amenaza comunista
En las elecciones
administrativas de 1975, el PCI había obtenido el 33% de los votos, justo por
detrás de los demócratas cristianos en el poder, lo que causó preocupación en
el frente occidental anticomunista. "No queremos que los partidos
comunistas de Europa occidental lleguen al poder de ninguna manera",
señaló un alto diplomático británico. Hay que "seguir oponiéndose a ellos
por todos los medios posibles". Asimismo, el embajador británico en Roma
dijo entonces que sería "catastrófico" que el PCI entrara en el
gobierno.
En
abril de 1976, el nuevo primer ministro laborista británico, Jim Callaghan,
nombró a Anthony Crosland ministro de Asuntos Exteriores. Los archivos
desclasificados muestran que Michael Pallisert, un alto funcionario del
ministerio, le dijo a Crosland que "no era demasiado tarde" para
"impedir el ascenso al poder de los comunistas en Italia" y le
ofreció propuestas para hacerlo.
Cuatro
días después del anuncio de la fecha de las elecciones políticas italianas, los
funcionarios presentaron sus "opciones de acción" en un documento
enviado a Crosland. En él se advertía que la participación del PCI en el
gobierno era "una perspectiva muy peligrosa" y que, si el partido
hubiera obtenido "una participación mayoritaria que condujera al pleno poder,
la situación probablemente habría sido considerada irrecuperable por los
aliados de la OTAN y los socios comunitarios".
El
camino elegido fue el de la propaganda y el descrédito. Los funcionarios
aconsejaron que podrían "orquestar una campaña" contra Berlinguer y
el PCI, recomendando "una mayor acción en el campo de la propaganda, tanto
abierta como encubierta, para socavar la credibilidad del PCI".
Propaganda
y descrédito
Los documentos revelan
que el IRD ya estaba iniciando operaciones encubiertas, mientras los
funcionarios esperaban la aprobación de Crosland. Por su parte, Dunlop, del
SEU, fue destinado a la embajada en Roma para descubrir formas de "influir
en la opinión italiana" para apoyar "el término medio en el período
previo a las elecciones".
El
IRD quería que la BBC emitiera comentarios occidentales sobre "los
acontecimientos políticos italianos" a los oyentes de su servicio italiano
e informó de que "parecen muy dispuestos a cooperar". Pero en Roma,
los diplomáticos de la embajada temían que "la aparición directa de
material" revelara "la mano del Gobierno de Su Majestad",
escribió Dunlop. Estas sensibilidades garantizaban la participación del MI6 en
las operaciones del IRD, que se planificaron en colaboración con los espías
británicos.
Un
memorando secreto revela cómo el IRD y el MI6 se propusieron colaborar. Se
ordenó a los espías británicos que proporcionaran información secreta sobre los
líderes del PCI, sus relaciones con Moscú y la financiación soviética, y qué
medios de comunicación eran los más utilizados por los votantes indecisos. La
operación británica era de alta sensibilidad, ya que unos meses antes la prensa
estadounidense había revelado la financiación de los partidos políticos
italianos por parte de la CIA.
En
el día de las elecciones los demócratas cristianos se convirtieron en el
partido más importante. Dunlop, en su informe posterior, identificó el punto
clave como "la campaña en gran medida espontánea y eficaz" por parte
de la prensa italiana alertando a los italianos "de los peligros de votar
al PCI en el poder". Según él, las operaciones del IRD contra el PCI
fueron, escribió, "de última hora" y "solo pudieron tener un
impacto limitado".
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