Antonio Berni y la plástica para la liberación



por Andrea Giunta.

Hijo menor de Napoléon Berni, inmigrante italiano que ejercía el oficio de sastre (quien fallece en un viaje a Italia durante la Primera Guerra Mundial) y Margarita Picco, descendiente de colonos piamonteses. Realiza sus primeros dibujos junto a Luigi, un italiano vecino de su padre que copiaba láminas. Comienza su formación en el taller de vitrales de Salvador Buxadera y Cía., en el que trabaja como aprendiz entre 1914 y 1915. Al año siguiente toma cursos de dibujo con los pintores Eugenio Fornells y Enrique Munné. A los 14 años pinta sus primeros paisajes en la chacra de sus abuelos maternos, ubicada en Roldán, cerca de Rosario. Exhibe por primera vez en 1920, en el Salón Mary y Cía.; los periódicos lo describen como un niño prodigio.

En 1925, después de haber expuesto en el Salón Witcomb de Rosario, en el Salón de Otoño de esta misma ciudad y en el Salón Nacional de Bellas Artes, recibe el Premio Estímulo del Salón de Otoño de Rosario y una beca del Jockey Club de esta ciudad con la que viaja a Europa. Visita varias ciudades de España —Madrid, Toledo, Granada, Sevilla, Segovia y Córdoba— y viaja a París, donde asiste a los talleres de André Lhote y Othon Friesz. Allí forma parte del Grupo de París, integrado por Aquiles Badi, Héctor Basaldúa, Alfredo Bigatti, Horacio Butler, Raquel Forner, Lino Enea Spilimbergo y Víctor Pisarro. Visita Bélgica, Holanda e Italia. Los cuadros que realiza en esos años denotan la influencia de la pintura metafísica de De Chirico. Expone retratos y paisajes en la Casa Nancy de Madrid y asiste a una conferencia del líder del futurismo, Marinetti, que le produce un gran impacto.

En 1928 regresa a la Argentina, pero vuelve a París al año siguiente, con una beca del gobierno de Santa Fe. Entonces entra en contacto con el círculo surrealista de Breton, Duchamp, Tzara, Dalí, Buñuel, Éluard. Su amistad con el filósofo marxista Henri Lefebvre y con el poeta Louis Aragon (con quien comparte la idea del compromiso del arte con la revolución) lo vincula a las ideas de la izquierda. Con Aragon integrará el Movimiento Antiimperialista, foro internacional que suma intelectuales de distintos países. En 1929 se casa con Paule Cazenave, estudiante de escultura de la Academia Grand Chaumière donde es alumna de Antoine Bourdelle y que también trabaja como asistente de Henri Barbusse, que publica la revista socialista Clarté. En 1930 nace la hija de ambos, Lily Berni (seud.: Helene Anne Margaritte).

Profundiza estas ideas cuando regresa a Argentina y en 1931, ya instalado en Rosario, adhiere al Partido Comunista. En 1932 conoce a Rodolfo Puiggrós, con quien colabora tomando fotos de los prostíbulos de la calle Pichincha para un artículo sobre el tema que se publica en la revista Rosario Gráfico. En 1933 David Alfaro Siqueiros llega a Buenos Aires, pronuncia conferencias en Amigos del Arte y escribe en el diario Crítica (dirigido por Natalio Botana), donde publica “Un llamamiento a los plásticos argentinos”, artículo en el que anuncia la creación de un movimiento de plástica monumental en América latina.

Después de su visita a Rosario, Berni junto a artistas como Leónidas Gambartes y Anselmo Piccoli, organizan la Mutualidad Popular de Estudiantes y Artistas Plásticos, desde donde proponen utilizar la pintura como medio para apoyar la lucha de los sindicatos y las organizaciones políticas. Usan en sus obras las arpilleras de las bolsas de azúcar que llegan del puerto y del almacén de ramos generales. Junto a Spilimbergo, Juan Carlos Castagnino y el uruguayo Enrique Lázaro, participa en la realización del mural de Siqueiros en el sótano de la quinta de Don Torcuato de Natalio Botana. En diciembre de ese mismo año publican el folleto “Ejercicio plástico”, donde explican que utilizaron la cámara fotográfica en lugar del lápiz y la brocha mecánica en reemplazo del pincel. También afirman que es una pintura para un espectador dinámico.

En 1934 pinta Manifestación y Desocupados (obras con las que inicia el Nuevo Realismo), una forma de respuesta a la máxima de Siqueiros acerca de que la pintura mural era el único formato para un arte revolucionario. En la Argentina, donde no hay una revolución que entregue los muros a los artistas, éstos tienen que recurrir a la pintura de gran formato, al mural portátil que él realiza con temple sobre arpillera. En 1935 Berni expresa su distancia respecto de los postulados de Siqueiros acerca del arte mural “Querer hacer del movimiento muralista el caballo de batalla del arte de masas en la sociedad burguesa, es condenar el movimiento en la pasividad o el oportunismo. La burguesía en su progresiva fascistización no cederá hoy sus muros monopolizados para fines proletarios, ni las contradicciones del mismo régimen llegarán a tal punto que la burguesía por propia voluntad ponga las armas en manos del enemigo de clase para que lo derroten. Siqueiros para realizar una pintura mural tuvo que aferrarse a la primera tabla que le ofreció la burguesía, sólo así pudo evitar que se ahogara en la nada toda su labor de divulgación teórica” (“Siqueiros y el arte de masas”, Nueva Revista).

En 1935 expone Desocupados (rechazado en el Salón Nacional) en el Primer Salón de Arte de la Agrupación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores (IAPE) organizado en “defensa de las libertades públicas y la lucha contra el fascismo” en el Consejo Deliberante. Junto a Anselmo Piccoli realiza El hombre herido, mural pintado a la piroxilina, hoy desaparecido.

En 1936 viaja por el Norte de la Argentina y publica “El Nuevo Realismo” en la revista Forma (órgano de difusión de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos en la que Berni ingresa como socio activo en 1935). Aquí se manifestaba en contra del arte decorativo y postulaba la necesidad de un arte que recuperase los contenidos sociales, políticos y económicos del presente.

Ese año obtiene el Premio Municipal en el Salón Nacional con su obra Chacareros. En 1937 es nombrado profesor en la Escuela Preparatoria Manuel Belgrano donde enseña geografía, cátedra en la que queda cesante en 1946, cuando se niega a firmar una adhesión al primer aniversario del 17 de Octubre de 1945. Su antiperonismo lo separa del apoyo crítico que le dio su amigo Puiggrós al justicialismo. Con Spilimbergo realiza los paneles Agricultura y Ganadería para el stand argentino de la Feria Internacional de Nueva York de 1939. En 1940 gana el Primer Premio del Salón Nacional con la obra Figura y el Museo Nacional de Bellas Artes adquiere Primeros pasos.

Ese año comienza su amistad con Héctor P. Agosti, intelectual comunista que colabora en la revista Contrapunto (1944-45), en la que, ante la pregunta “¿A dónde va la pintura?” se confrontan la abstracción (Tomás Maldonado, Manuel Espinoza) con el Nuevo Realismo (Berni).

En los primeros meses de 1942 viaja por Perú, Ecuador, Colombia, y realiza numerosos apuntes. En 1943 obtiene el Premio Adquisición del Salón Nacional con el óleo Lily. Aun cuando la obra es un retrato clásico, sin el significado político de muchas otras de sus pinturas, el premio desata una polémica debido a sus vinculaciones con el PC. En septiembre de 1944, Berni, Castagnino, Manuel Colmeiro, Spilimbergo y Demetrio Urruchúa firman el comunicado con el que presentan el Taller de Pintura Mural Decorativa para desarrollar la pintura mural en la Argentina. Realizan el mural de las Galerías Pacífico (ex Bon Marché) que se inaugura en junio de1946. En estos años Berni pinta numerosos retratos que circulan por intermediación del PC, a través de la galería del Teatro del Pueblo.

En 1950 se separa de Paule Cazenave y se casa con Nélida Gerrino, con quien tiene en 1952 su segundo hijo, José Antonio. En 1951, en una muestra en desagravio por las medidas impulsadas por el peronismo en Bellas Artes, presenta Manifestación o Grupo de gente con paloma, en el que cita la paloma de Picasso, símbolo adoptado por el PC en 1949 en ocasión del Congreso de la Paz celebrado en París. Butler, Basaldúa y Jorge Larco retiraron sus obras en desacuerdo con este cuadro. 

En los primeros ‘50 pasa largas estadías en los alrededores de Río Hondo, en Santiago del Estero, donde se encuentra con Spilimbergo. Las pinturas que realiza en los frecuentes viajes a esta provincia, narran el proceso de migración, producto de la deforestación. La serie de cuadros santiagueños se exhibe en 1955 en la Galería Creuze de París con un texto de presentación de Louis Aragon. En 1956 expone en la Sociedad Hebraica Argentina una serie que da cuenta de los nuevos temas y el fuerte expresionismo que aparecen en su pintura (Dock SudVilla MiseriaArroyo MacielCasa de Cartón). De este año es también el primer dibujo fechado de Juanito Laguna. En septiembre de 1956 expone en Bucarest, Rumania.

Cuando regresa —explica en un artículo del semanario Propósitos— lo detienen durante veinte horas en el Aeropuerto de Ezeiza, violando sus valijas y su correspondencia. Ese mismo año un jurado integrado por Jorge Romero Brest, Julio Payró, Manuel Mujica Láinez rechaza su cuadro Emigrantes en el concurso Cinzano. En 1958 expone en la Galería Serra obras como Villa PiolínLa resLa carnicería, de empastes y expresividad violentos. En la exposición de Van Riel, en 1959, reúne paisajes matéricos y un estudio de los frigoríficos argentinos (como La res, de la serie con la que representó a la Argentina en la Bienal de San Pablo de ese mismo año) y La boda, o El casamiento de Ramona, en la que aparece el uso del collage que profundizará desde los ‘60. En noviembre de 1960 expone la serie de La cocina popular en la Galería H, con ollas y utensilios de cocina pintados con gruesos empastes. En 1961 presenta Berni en el tema de Juanito Laguna en la Galería Witcomb, una serie de doce collages, casi todos de gran tamaño, que produjo una gran conmoción, tanto para los intelectuales y artistas de izquierda, que no podían aceptar el uso de esos materiales deleznables, como para la crítica conservadora que se preguntaba cuál era el límite entre el arte y el panfleto.

En 1962 es seleccionado como parte de la representación argentina en la Bienal de Venecia, en la que obtiene el Gran Premio de Grabado y Dibujo por sus grandes xilocollages. Berni compra entonces su taller en Cité Prost en París, donde realizará muchos de los collages de la serie de Ramona que expone —prologada por el crítico y poeta Michel Ragón, figura del aparato cultural del PC francés— en la Galerie du Passeur. En 1964 muestra dos collages de Juanito y dos de Ramona en la exposición Mitologías Cotidianas organizada por Gassiot Talabot en el Museo de Arte Moderno de Paris. El mismo año participa en la exposición New Art of Argentina organizada por el Instituto Di Tella y el Walker Art Center de Minneapolis que itinera por varios museos de los Estados Unidos. En 1965 se presenta una exposición retrospectiva de su obra en el Di Tella. Se incluye la serie reciente de sus monstruos en la que Ramona aparece como víctima social devorada por los vicios (La voracidadLa sordidez). Recibe varios premios internacionales de grabado (entre ellos el de la Bienal Internacional de Grabado de Cracovia, 1966 y 1968; el de la Exposición Intergráfica de Berlín, 1967). En 1967, en el conjunto de exhibiciones que se conocen como La semana de arte avanzado, expone la ambientación audiovisual Ramona en la caverna, en la galería Rubbers.

Durante los años ‘60 mezcla elementos contradictorios: logra unir elementos del pop con el compromiso de un intelectual de izquierda; admira a Jorge L. Borges pero lo lee a escondidas de otros intelectuales del partido. Se vincula a las experiencias del Teatro de la Recova y expone con los artistas más jóvenes en muestras experimentales como La muerte (Lirolay) y Objeto 64 (Museo de Arte Moderno). Durante el proceso de radicalización política de la vanguardia artística de los años ‘60, y ante las exhibiciones que convocaron a los artistas a formar en un frente que dejaba de lado las diferencias estéticas para unirse en función de las posiciones políticas, Berni mantiene una posición oscilante. En 1966 no participa en la multitudinaria exposición del Homenaje al Vietnam (Van Riel), por lo que es duramente cuestionado por Carlos Gorriarena y los comunistas disidentes de la revista La Rosa Blindada. Pero sí participa en el otro frente de exhibición de diseño de afiches, Malvenido Rockefeller, que se realiza en la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos (SAAP) en 1969.

Aunque Berni no era un militante del PC, sus relaciones con los intelectuales del Partido eran permanentes. Jorge de Santa María y su mujer, Gabriela Bocchi, ambos del PC, que trabajaban en el taller de Berni, recuerdan las visitas de Osvaldo Pugliese con los “mandamás del PC” para pedirle obras. En 1970 presenta El mundo de Ramona, espectáculo ambientación multimedia en la Expo-Show de Buenos Aires. En 1971 realiza una serie de obras fuertemente políticas: Los rehenesLa masacre de los inocentes y Confesión exitosa, que remite a los guerrilleros latinoamericanos y a representaciones alegóricas de la represión y la violencia. En 1972 estalla una bomba en su casa.

En 1973 se separa de Nélida Gerrido y hasta 1980 convive con Silvina Victoria (Sunula). El pequeño departamento que comparten en la calle Bulnes es parte del circuito de la comunidad vinculada a Plaza Francia y a Tanguito, personaje mítico en la historia del rock argentino. En 1972 construye el taller de Lezica y Rawson con un crédito del Fondo Nacional de las Artes. En 1976 expone en la galería Imagen del marchand Alberto Serebrisky, apoyada por el escritor y poeta José Viñals que publica una larga entrevista con el artista (Berni. Palabra e imagen). En 1976 expone Mitos y supersticiones de siempre junto al poeta Federico Manuel Peralta Ramos en la Galería Carmen Waugh. Berni expone La difunta correa y Peralta Ramos una tumba de Tutankamon, con una momia acostada, que era un amigo de él que cuando la gente se acercaba comenzaba a hablar. La exposición no sólo estaba en las antípodas de lo que podían aceptar los sectores de izquierda, también resultaba irritativa debido a la situación en la que se encontraba el país después del golpe de estado de marzo de 1976. Ese año Berni también realiza una serie de retratos de músicos populares (Mercedes Sosa, César Isella, Palito Ortega, Astor Piazzolla, Amelita Baltar, Osvaldo Pugliese). La serie reconfirma la dimensión social de su obra.

En 1977, mientras prepara su exposición para Bonino de Nueva York, reside en el Chelsea Hotel, donde vivieron Dylan Thomas, De Kooning, Jim Dine o Claes Oldenburg. Sus collages sobre Juanito se llenan de marcas de productos norteamericanos (Ginger Ale Canada Dry, Cervezas Budweiser y Miller, café instantáneo Martinson, pasillas Fresca, sacarina Tab, Hi-C y un muñeco de Papá Noel). La serie Crónica de la vida cotidiana capta los contrates sociales por medio del color. Los personajes grises son inmigrantes, junkies, homeless, punks, que se contraponen a los colores brillantes y saturados del entorno que los rodea.

Durante los primeros meses del golpe de estado de 1976 su obra sirve como capital de rescate de Máximo Victoria, hermano de Sunula, físico nuclear puesto en funciones en el INTI durante el gobierno de Héctor J. Cámpora, secuestrado, desaparecido y vuelto a liberar a través de influencias y dinero pagado en parte con la venta de sus obras. En los años siguientes se extiende la sombra de su relación con el Almirante Emilio Massera, integrante de la Junta Militar que perpetra el genocidio de la dictadura, y coleccionista de arte. En esta relación es un elemento a considerar la posición del PC que, acorde al desarrollo de las muy buenas relaciones comerciales entre la Argentina y la Unión Soviética, adhiere al golpe de Estado del ’76 y apoya a Videla por considerarlo el freno a un supuesto golpe pinochetista. Los medios registran a Massera visitando a Berni durante la restauración de las cúpulas de las Galerías Pacífico en mayo de 1978. El gobierno militar lo capitaliza cuando su exposición en el Museo de Caracas recibe auspicio oficial de la Embajada, lo que desencadena un artículo denuncia de Marta Traba en el El Nacional de Caracas.

Al mismo tiempo reside largas temporadas en París. Allí realiza La torturada, una muñeca de goma con la cara quemada, derretida, con el pelo pajoso y sus piernas con medias negras apoyadas en el marco. En el fondo dos torturadores pintados y sobre el marco circuitos y transistores que arman una picana. En 1981 expone en la Galería Velázquez Cristo en el garageApocalipsisCristo en el departamento y un conjunto de dibujos y pinturas vinculados a estas obras. Una serie que se asoció a la representación de la violencia y la tortura durante la dictadura militar (el presente entra en el cuadro con el anacronismo del fusil que porta el centurión de La crucifixión). Enio Iommi cuenta que le recomendó un taller para realizar una escultura del Martín Fierro que le había encargado la Municipalidad de San Martín, en el que por un tiempo trabajaron juntos. Allí lo encontró un día, rodeado de obreros a los que les decía que ganaban poco y que tenían que hacer huelga.

Murió en la ciudad de Buenos Aires en 1981, a la edad de 76 años, por un problema en el esófago. La intervención de los artistas evitó que se le diera un funeral oficial durante el gobierno militar. Fue velado en el Centro Cultural Buenos Aires, luego Centro Cultural Recoleta.

 

(Trabajo publicado por Andrea Giunta, “Berni, Antonio”, en: Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas, disponible en http://diccionario.cedinci.org, 2020)





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