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Mostrando entradas de julio, 2022

Oesterheld. La aventura sin fin, el fin de la aventura

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  por Germán Cáceres. Nació el 23/7/1919 en buenos Aires. Fue secuestrado el 27/4/1977. Escribía cuentos infantiles y libros de divulgación científica, hasta que en 1951 la Editorial Abril le solicitó guiones de historietas, y entonces nació Alan y Crazi , con arte de Eugenio Zoppi. Fue el punto de partida del mejor guionista argentino y, practicando una interpretación amplia, abarcadora de todas las expresiones estéticas, del más notable narrador de aventuras que dio el país. Sus historietas gustaban por la calidad humana de sus personajes. En Lobo Conrad (1958), breve historia autoconclusiva dibujada por Hugo Pratt, un asesino que abandonó a su familia se hace matar por su hijo –que ya no lo reconoce– para que a éste lo asciendan como policía montada. Este aliento trágico frecuenta sus textos: Richard Long (1966), con ilustraciones de Alberto Breccia, es una amarga historia policial en la cual no se cree en el amor; los únicos valores que importan son el dinero y la violencia.

Ideas estéticas y literarias de Carlos Marx

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por Mario Goloboff. Es sabido: dos de los autores más citados por Carlos Marx en todos sus escritos son Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare. Menos difundido, pero igualmente conocido, es que manejaba casi todas las lenguas europeas, que releía con fruición a los clásicos griegos (una vez por año leía a Esquilo en su original griego), y que recitaba de memoria para su familia y amigos largos pasajes de La divina comedia , así como versos de Heine y de Goethe. Fuera del alemán, sus preferidos eran el poeta escocés Robert Burns, Walter Scott y Honorato de Balzac, y alguna vez se propuso que, terminadas sus obras económicas, escribiría un trabajo crítico sobre La comedia humana . Cuenta su hija menor, Eleanor: “A mí, y a mis hermanas antes, me leyó todo Homero, todo los Nibelungen Lied, Gudrun , Don Quijote , Las mil y una noches , etc. Shakespeare era la Biblia de nuestra casa, siempre en boca de alguien y en manos de todos. Cuando cumplí seis años me sabía de memoria to

Las cinco dificultades para decir la verdad

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por Bertolt Brecht (1934).  El que quiera luchar hoy contra la mentira y la ignorancia y escribir la verdad tendrá que vencer por lo menos cinco dificultades. Tendrá que tener el valor de escribir la verdad aunque se la desfigure por doquier; la inteligencia necesaria para descubrirla; el arte de hacerla manejable como un arma; el discernimiento indispensable para difundirla.   Tales dificultades son enormes para los que escriben bajo el fascismo, pero también para los exiliados y los expulsados, y para los que viven en las democracias burguesas.     1.   El valor de escribir la verdad   Para mucha gente es evidente que el escritor deba escribir la verdad, es decir, no debe rechazarla, ocultarla, ni deformarla. No debe doblegarse ante los poderosos; no debe engañar a los débiles. Pero es difícil resistir a los poderosos y muy provechoso engañar a los débiles. Incurrir en la desgracia ante los poderosos equivale a la renuncia, y renunciar al trabajo es renunciar al salario.

Raquel Levenson o el poder de las palabras

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por Damián Nabot. Oradora y dirigente comunista de la localidad de Avellaneda, voluntaria en la Guerra Civil Española, integrante de la resistencia al ejército alemán en Moscú durante la Segunda Guerra Mundial, Raquel Levenson nació el 15 de febrero de 1915. Fue hija del herrero Bernardo Levenson y de Esther Marcus, su infancia transcurre en el seno de una modesta familia de inmigrantes judeo-polacos junto a sus siete hermanos.  Aún muy joven, hacia 1928 su familia se instala en la ciudad de Córdoba en busca de mejores condiciones laborales. Raquel, impulsada por su hermano mayor Gregorio Levenson, ingresa a la Federación Juvenil Comunista (FJC). Tras el golpe militar de 1930, ambos hermanos reparten clandestinamente volantes a los obreros de la Fábrica de Aviones de Córdoba, con la voluntad de ganar a la clase trabajadora para la revolución. Comienza estudios en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC. En los años ´30, las necesidades laborales la empujan otra vez a Buenos Ai

Raúl González Tuñón. El ángel terrestre

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por David Viñas. Madrid 1939 y el autor de Todos bailan “Es el espíritu del martinfierrismo trasmigrado a la izquierda” -Beatriz Sarlo, Buenos Aires 1920 y 1930, 1988.   Buscar lo esencial de un poeta (como de cualquiera que ande por ahí) corre varios riesgos. Dos principales, por lo menos: quedarse con el caracú y olvidar lo sabroso de la carne o, mas grave aún, privilegiar un rasgo aislado creyéndolo decisivo cuando la clave se arrincona, solapada, en algún flanco o repliegue. En esta segunda alternativa, lo chingado del juicio puede desembocar en caricatura al acentuar sólo un dato: “orejudo” puede decirse enfatizando una oreja desmesurada cuando el secreto no pasa por ahí; o “manco”, otro ejemplo, en el caso bastante notorio del autor del Quijote cuyo carozo no se explica precisamente por la falta de mano. Pero en el caso de Raúl González Tuñón voy a fingirme arriesgado proponiendo algo que puede pasar por esquema o por síntesis quizá: las revistas primordiales con

La diferencia comunista

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por Pablo Leoncini.   “ Ser de vanguardia es estar a destiempo ” (Ricardo Piglia) [1] Desconocer el absurdo de un orden que pareciera el único horizonte posible, implica rescatar el derecho a la verdad que fue enterrada por los vencedores. Nos involucra en un cruce decidido frente a los “propietarios de la seguridad del ignorante” [2] . A partir de que circulan los Cuadernos de la cárcel de Antonio Gramsci, ningún analista serio desconoce que ejercer el poder de manera hegemónica significa lograr la producción de un modo de vida total de la sociedad. Un proceso social vivido y organizado prácticamente por los significados y valores dominantes, desde un entramado de experiencias, relaciones y actividades cotidianas que crean un determinado sentido común . Así, la hegemonía naturaliza la cultura dominante , estableciéndola como modelo de conducta social “normal”. Mediante operaciones de hegemonía se delimita la realidad social: -lo que existe y lo que no existe; -lo que es bueno,